La tarta de queso es un postre de origen anglosajón que ha encontrado un lugar permanente en la cocina occidental contemporánea, gracias a su rapidez de preparación y su éxito garantizado. En la actualidad existen muchas variantes de la tarta de queso, y en esta receta proponemos la versión más sencilla (y quizás por ello la mejor).
Información previa:
Preparación: Fácil
Preparación: 20′
Cocinar: NO
Para 8 personas
Ingredientes para 8 personas
Ingredientes:
750 g de queso para untar
170 ml de nata fresca
125 g de mantequilla
250 g de galletas digestivas
80 g de azúcar glas
8 g de gelatina alimentaria en láminas
250 g de mermelada de fresa
zumo de limón
Cómo se prepara la tarta de queso
En primer lugar, preparar la base de la tarta: picar finamente las galletas digestivas con una batidora y mezclarlas en un bol con la mantequilla derretida. Untar con mantequilla el fondo de un molde con bisagras de 22 cm (para facilitar el desmoldeo, recortar una hoja de papel de horno del mismo tamaño que el molde). Colocar la mezcla de galletas y mantequilla en el fondo del molde con una espátula o cuchara. Refrigerar.
Ablandar la gelatina en agua fría y, mientras tanto, batir en un bol el queso crema, el azúcar y 150 ml de nata. Calentar el resto de la nata en un cazo pequeño, disolver la gelatina en ella y dejar enfriar.
Cuando se haya enfriado, añadir la nata con gelatina a la mezcla de queso. Mezclar bien y verter sobre la base de galletas en el molde. Intenta nivelar bien la superficie y mételo en la nevera durante al menos 4 horas.
Mezclar la mermelada con un chorrito de zumo de limón y extenderla sobre la tarta de queso. Volver a meter en la nevera durante una hora. Sacar la tarta del frigorífico y ponerla en el plato, con cuidado de no romperla.
